Por: Dunnia Castillo Galán
Hace apenas unos meses concluyó en Brasil – durante los días 23 y 24 de abril- el evento Netmundial: primera cumbre mundial de Internet, donde delegaciones de varios países se reunieron para discutir sobre cómo establecer un nuevo orden mundial de la gobernanza y /u organización de Internet, la cual hasta ahora ha estado siempre bajo el dominio de los Estados Unidos.
Según publica el sitio oficial creado para la ocasión, el encuentro de Sao Paulo estuvo organizado en colaboración con el Comité Gestor de Internet de Brasil y congregó a 1.480 participantes con voces activas, incluyendo la participación a distancia, a partir de una diversidad de 97 naciones.
Si bien es cierto que Internet es un recurso global, pues cada vez somos más las personas en el orbe que usamos la red de redes en sus disimiles funcionalidades, ¿es esta manejada bajo intereses públicos o responde únicamente a políticas bien pensadas que promueven los intereses de sus creador y actuales dueños?
¿Cuánto falta por avanzar en favor de lograr una red segura, estable, resistente, fiable y de confianza? ¿Qué podemos hacer en función de que se respeten nuestros contenidos publicados y/o enviados a través de esta plataforma? ¿Es permisible que permanentemente se nos espíe?
Ante interrogantes como estas, los participantes en el evento se han planteado mejorar el marco de gobernanza de Internet existente garantizando la plena participación de todas las partes interesadas en sus respectivos roles y responsabilidades.
No obstante aun se imponen otras cuestiones, ¿permitirá el gigante mundial que alguien le reste fuerza a su hegemonía en el ciberespacio? ¿Es esto posible con sólo planteárselo los países interesados? ¿Qué debemos hacer para lograr poner en práctica nuestras aspiraciones al respecto? ¿Será posible consolidarlas con actividades independientes o requerimos, indiscutiblemente, de un trabajo mancomunado y en cuadro apretado de todos o al menos, la mayoría, de los países?
Si de algo estamos convencidos la mayoría, coincidiendo con los planteamientos realizados en el encuentro, es de la necesidad de la existencia de una red inclusiva, transparente y responsables; cuyas estructuras y operaciones deben seguir un enfoque que permite la participación de todas las partes interesadas con el fin de atender los intereses de todos aquellos que la usan, así como de aquellos que todavía no están en línea.
El camino para lograr estos anhelos no será fácil, más bien espinoso, pero no imposible. Esta edición de Netmundial ha sido solo un paso, aunque aislado no podrá llegar muy lejos. Corresponde ahora a cada uno proyectarnos respecto al tema y unirnos para poder ser escuchados. IT’S TIME TO CHANGE.
Cybermambí 